Canadá enfrenta una emergencia nacional: más de 1.9 millones de hectáreas han sido consumidas por incendios forestales en Saskatchewan y Manitoba. Las llamas se extienden con rapidez y al menos 106 focos activos siguen fuera de control. Las autoridades han evacuado a más de 27 mil personas, incluyendo comunidades indígenas enteras.

Pueblos rurales han quedado completamente arrasados por el fuego, mientras equipos de bomberos, militares y voluntarios luchan sin descanso para frenar el avance de los incendios. La magnitud de la catástrofe ha sido tan grande que el humo cruzó la frontera, afectando la calidad del aire en ciudades estadounidenses como Minneapolis, donde los hospitales reportan un aumento en problemas respiratorios.

Esta nueva ola de incendios se suma a una serie de desastres climáticos que Canadá ha enfrentado en los últimos años. Las altas temperaturas, la sequía prolongada y los fuertes vientos alimentan una crisis que ya ha sido calificada como crítica. Expertos advierten que la temporada apenas comienza… y lo peor podría estar por venir.