La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) lanzó una advertencia preocupante: para el año 2030, el mundo enfrentará un déficit de 44 millones de maestros. Este escenario, de no atenderse, pondría en riesgo el acceso a la educación de millones de niños y jóvenes, especialmente en países en desarrollo donde la falta de docentes ya es una realidad cotidiana.

La crisis tiene múltiples causas. Entre ellas destacan los bajos salarios que han desincentivado la profesión, la violencia que en algunas regiones afecta directamente a las aulas, y la salida masiva de docentes que abandonan el sistema educativo en busca de mejores oportunidades laborales. A esto se suma la creciente demanda de educación en zonas rurales y marginadas, donde los recursos son escasos y los incentivos prácticamente inexistentes.

La UNESCO urgió a los gobiernos a priorizar políticas que garanticen la formación, contratación y retención de maestros. Expertos coinciden en que, sin una respuesta contundente, el derecho a la educación corre peligro, comprometiendo no solo el futuro de millones de estudiantes, sino también el desarrollo económico y social de países enteros.