En 1972, la Unión Soviética lanzó la sonda Cosmos 482 con destino a Venus. Pero algo salió mal: el aparato quedó atrapado en la órbita terrestre y se convirtió en basura espacial. Por más de medio siglo, vagó silenciosamente alrededor del planeta… hasta que finalmente cayó a la Tierra hace unos días.

El impacto ocurrió en el océano Índico y no representó peligro para la población. Sin embargo, este caso vuelve a encender las alarmas sobre el creciente problema de la basura espacial. Actualmente, hay más de 30 mil objetos artificiales orbitando nuestro planeta, muchos de los cuales podrían terminar cayendo sin previo aviso.

Aunque este episodio tuvo un final tranquilo, plantea una pregunta inquietante: ¿cuántos fragmentos más están en camino? La limpieza del espacio será uno de los grandes desafíos tecnológicos y ambientales del siglo XXI.