La bacteria Helicobacter pylori, presente en millones de personas en el mundo, ha sido identificada como un factor clave en el desarrollo del cáncer gástrico. Según estudios recientes, hasta el 76 % de los casos de esta enfermedad podrían estar relacionados con esta infección, que se transmite a través de alimentos o agua contaminada. Lo más alarmante: muchas personas no presentan síntomas hasta que la enfermedad ha avanzado.
Los especialistas advierten que, aunque la H. pylori puede parecer inofensiva o pasar desapercibida, su presencia crónica en el estómago provoca inflamación persistente, lo que en ciertos casos deriva en úlceras o mutaciones celulares. Algunos síntomas, cuando aparecen, incluyen dolor o ardor estomacal, sensación de saciedad temprana, reflujo o hinchazón.
La buena noticia es que esta bacteria se puede detectar mediante pruebas médicas sencillas y se trata con antibióticos específicos. Sin embargo, la clave está en la prevención y el diagnóstico temprano. Campañas de salud pública han comenzado a impulsar exámenes preventivos, especialmente en regiones con altas tasas de cáncer gástrico.