El plátano es la fruta más consumida del mundo, pero su existencia está en peligro. Sequías prolongadas, nuevas plagas y temperaturas extremas, resultado del cambio climático, amenazan las plantaciones de América Latina y el Caribe, regiones que producen el 80% del plátano que llega a nuestras mesas. Según datos citados por The Guardian, el calentamiento global podría hacer que para 2080 gran parte de estas tierras deje de ser fértil.

Además del impacto alimentario, hay un factor económico de gran peso: millones de personas viven del cultivo y comercialización del plátano. En países como Colombia, Ecuador o República Dominicana, esta fruta representa una fuente importante de empleo y exportación. Su desaparición afectaría no solo los hábitos alimenticios, sino también la estabilidad económica de miles de comunidades rurales.

Hoy, el consumo global ronda los 400 millones de personas. La urgencia es real: los científicos y agricultores ya buscan variedades más resistentes, pero sin acción climática y políticas agrícolas más sostenibles, podríamos ver escasez en mercados, precios elevados y el fin de una fruta que parecía estar garantizada en nuestras cocinas.