Escuchar a tu cantante favorito no solo mejora tu ánimo… también puede aliviar tu dolor. Un estudio de la Universidad de Turku, en Finlandia, reveló que la música activa en el cerebro los mismos receptores que ciertas dr0g@s. Es decir, la música funciona como un analgésico natural que genera placer y bienestar.
Gracias a tecnología de escaneo cerebral avanzada, los científicos pudieron observar cómo ciertas canciones activan la liberación de dopamina y opioides endógenos, sustancias que calman el dolor físico y emocional. Este efecto es tan poderoso que ya se considera aplicar la música como herramienta terapéutica.
En un mundo lleno de estrés, ansiedad y sobrecarga sensorial, la música se confirma como una aliada indispensable para la salud. Así que sí, ese concierto que esperas o esa canción que no puedes dejar de repetir podrían estar haciendo mucho más por ti de lo que imaginas: te están curando.