Donald Trump ha dado señales de querer un dólar más débil, y la razón es simple: hacerlo más barato podría beneficiar la economía de EE. UU. Al tener una moneda menos fuerte, los productos estadounidenses serían más accesibles en el extranjero, aumentando las ventas de sectores como la agricultura, la manufactura y la tecnología.

Además, EE. UU. importa más de lo que exporta, lo que significa que un dólar débil incentivaría el consumo de productos nacionales, reduciendo la dependencia de bienes extranjeros. Esto podría fortalecer a las empresas locales y mejorar el empleo, aunque con el riesgo de encarecer productos importados, afectando a los consumidores.

Sin embargo, una caída del dólar también trae incertidumbre en los mercados. Un dólar más débil podría impactar la confianza en la economía estadounidense y generar volatilidad. ¿Será esta una estrategia efectiva o podría traer consecuencias inesperadas?

Reportera, conductora y redactora de Mex news. Gustosa de aprender y curiosa irremediable.