El vínculo entre Donald Trump y Elon Musk podría estar rompiéndose. Mientras Musk apuesta todo por la electrificación y la expansión global de Tesla, Trump impulsa medidas que parecen beneficiar más a los motores híbridos, diésel e incluso a combustibles tradicionales. Con normativas más flexibles y discursos que cuestionan las políticas verdes, la postura del expresidente estaría dejando a Tesla en desventaja.

Esta aparente traición se da en un momento clave para la industria automotriz, donde el liderazgo de Tesla empieza a enfrentar desafíos serios. Nuevos fabricantes, cambios regulatorios y la falta de apoyo explícito por parte de Trump podrían redefinir quién domina el mercado en los próximos años. Todo indica que el camino ya no será exclusivamente eléctrico.

La pregunta que se hacen muchos es si Trump realmente se está alejando de Musk o si simplemente busca abrir paso a una competencia más diversa. Lo cierto es que esta nueva estrategia política pone en juego no solo el futuro de Tesla, sino el rumbo entero de la movilidad global.