Estados Unidos ha reducido drásticamente los aranceles «de minimis» a productos chinos, bajando del 120% al 54%. Esta categoría cubre productos con un valor inferior a 800 dólares, los cuales antes entraban al país sin impuestos ni mayores inspecciones. En febrero, el gobierno de Trump impuso un impuesto del 120%, lo que puso en jaque a gigantes como Shein, Temu y AliExpress.
El nuevo recorte representa una decisión estratégica: aliviar la presión sobre consumidores y minoristas estadounidenses, sin eliminar del todo las restricciones. Esta medida llega en medio de tensiones comerciales con China, pero también con la necesidad de mantener productos baratos accesibles al público.
La reacción fue inmediata: las plataformas asiáticas celebraron la noticia, y los expertos advierten que este giro podría cambiar el rumbo del comercio digital. En un mundo donde el e-commerce marca el ritmo, cada porcentaje cuenta.