La tragedia que le ocurrió a un bebé panda rojo en Escocia está causando gran conmoción. El pequeño panda, que vivía en un zoológico de Edimburgo, murió debido al estrés provocado por los fuegos artificiales. Los veterinarios explicaron que el intenso ruido de los fuegos artificiales provocó que el panda vomitara por el susto, y lamentablemente, se ahogó con su propio vómito.
Este lamentable incidente resalta lo vulnerable que pueden ser los animales, especialmente aquellos que viven en cautiverio, frente a ruidos fuertes y repentinos. Además de los pandas, los perros, gatos y otros animales domésticos también son altamente sensibles a estos sonidos, lo que puede generarles ansiedad, miedo e incluso estrés extremo.
Es importante tomar conciencia del impacto que pueden tener los fuegos artificiales en nuestros amigos peludos y otros seres vivos.