La historia de Natalia Nagovitsyna ha conmovido al mundo entero tras su trágico desenlace en el Pico Pobeda, una de las montañas más peligrosas del planeta. El pasado 12 de agosto, la alpinista sufrió una fractura en la pierna mientras descendía de más de 7 mil metros de altura. Sus compañeros improvisaron un refugio con una tienda, comida y abrigo, para después bajar en busca de ayuda. Sin embargo, el rescate se complicó de inmediato por las extremas condiciones climáticas.

Un alpinista llamado Luca, que iba camino a colaborar en la operación de rescate, perdió la vida debido a las tormentas y temperaturas de hasta -30 grados. Helicópteros y equipos de emergencia lucharon contra el clima durante días, pero las autoridades de Kirguistán terminaron por cancelar la misión, asegurando que en las últimas tres décadas no se ha logrado evacuar a nadie desde esa altitud.

El 19 de agosto, un dron captó a Natalia moviendo la mano, lo que dio una chispa de esperanza a la operación. Sin embargo, días más tarde las cámaras térmicas confirmaron la ausencia total de signos vitales. El cuerpo de la alpinista rusa permanecerá en la montaña y, según los expertos, solo podrá ser recuperado hasta la primavera de 2026, cuando las condiciones permitan un acceso más seguro.