Lo que para muchos es basura, en Chiapas se ha convertido en una fuente de esperanza para niños con cáncer. La recolección de tapitas de plástico se ha popularizado en el estado, y el dinero obtenido de su reciclaje financia tratamientos y medicinas que, de otro modo, serían inalcanzables para muchas familias.

La iniciativa no solo tiene un impacto social, también contribuye al medio ambiente. Cada tapita recolectada evita que más plástico termine contaminando ríos, montañas y mares, convirtiendo este gesto sencillo en una doble acción de solidaridad y sostenibilidad.

Organizaciones civiles, escuelas y comunidades enteras se han sumado a esta campaña, demostrando que con pequeñas acciones se pueden lograr grandes cambios. Una tapita puede parecer insignificante, pero en Chiapas se ha transformado en símbolo de vida y esperanza.