A partir de enero de 2026, la aerolínea estadounidense Southwest Airlines implementará un cambio significativo en su política para pasajeros de talla grande: quienes invadan el asiento contiguo deberán pagar un boleto adicional. Esta decisión marca un giro importante, ya que la compañía era reconocida por permitir solicitar un asiento extra sin costo, lo que la convirtió en la opción preferida de miles de viajeros que valoraban esa medida inclusiva.

La medida ha generado polémica. Mientras algunos defienden que garantizará mayor comodidad y seguridad para todos los pasajeros, otros critican que representa un retroceso en materia de inclusión y respeto hacia las personas con cuerpos más grandes. La posibilidad de que alguien deba costear un asiento adicional puede generar un impacto emocional y económico negativo, además de un sentimiento de exclusión.

Southwest había sido vista durante años como un referente en accesibilidad, al priorizar la comodidad de los pasajeros sin discriminar por su tamaño. El cambio de política abre un debate más amplio sobre hasta qué punto las aerolíneas deben equilibrar sus intereses económicos con la necesidad de ofrecer un servicio justo e inclusivo para todos los usuarios.