Si existe una ciudad que parece salida del futuro, es Singapur. Con sensores distribuidos por toda la ciudad, su sistema monitorea el tráfico, la calidad del agua y hasta la recolección de basura, optimizando los servicios urbanos de manera inteligente.

Uno de sus avances más sorprendentes son sus semáforos, que se ajustan en tiempo real según la cantidad de autos y peatones, reduciendo el tráfico. Además, sus edificios cuentan con jardines verticales que no solo embellecen la ciudad, sino que también ayudan a reducir el calor y mejorar la calidad del aire.

Casi todos los trámites gubernamentales se realizan mediante una app, evitando filas y papeleo innecesario. Y si hablamos de sostenibilidad, Singapur recicla el agua al máximo: recoge la lluvia, la purifica y la reutiliza para el consumo. Con tecnología de vanguardia en cada rincón, ¿será este el modelo de ciudad del futuro?