Mucho se habla de ejercicios mentales para conservar la memoria, pero una nueva investigación señala algo aún más poderoso: el bienestar emocional. Un estudio que siguió a más de 10,000 personas durante 16 años encontró que quienes se sentían más felices, con propósito y autonomía, conservaban mejor su memoria a largo plazo.
El estudio, publicado por investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania, analizó cómo factores emocionales como la satisfacción personal, el optimismo y el sentido de control sobre la vida impactan en la capacidad de recordar palabras y hechos con el paso del tiempo.
Los resultados son claros: la salud mental y emocional no solo mejora la calidad de vida, también protege al cerebro. No se trata solo de evitar el estrés o la depresión, sino de construir una vida que tenga sentido. La memoria no solo se entrena… también se cultiva con emociones positivas.