El cáncer de pulmón continúa encabezando la lista de enfermedades oncológicas con mayor número de muertes a nivel global, y una de las principales razones es su detección tardía. En la mayoría de los casos, los síntomas aparecen cuando la enfermedad ya se encuentra en etapas avanzadas, lo que reduce de forma significativa las posibilidades de tratamiento curativo.
A diferencia de otros tipos de cáncer, sólo una minoría de los pacientes es diagnosticada a tiempo para someterse a una cirugía efectiva. La ausencia de síntomas tempranos claros y la dificultad para implementar estudios preventivos masivos hacen que el diagnóstico oportuno siga siendo un reto para los sistemas de salud.
A esto se suma la exposición constante a factores de riesgo ambientales, como el tabaquismo y la contaminación. La combinación de detección tardía, limitaciones en la prevención y factores externos explica por qué el cáncer de pulmón continúa cobrando millones de vidas cada año.
