Un estudio reciente encendió las alarmas al demostrar que los microplásticos, una de las formas más extendidas de contaminación, ya están presentes en los fluidos reproductivos del cuerpo humano. Investigadores encontraron partículas en más de la mitad de las muestras de semen y del líquido que rodea a los óvulos femeninos, lo que plantea interrogantes sobre su impacto en la fertilidad.
Hasta ahora, se sabía que estos diminutos fragmentos de plástico podían ingresar al organismo a través de alimentos, agua e incluso del aire. En animales, los microplásticos han sido asociados con inflamación, alteraciones hormonales y daños en el ADN, lo que refuerza la preocupación por sus posibles efectos en la salud humana.
Aunque aún no existe evidencia concluyente de consecuencias directas en personas, los hallazgos revelan que estas partículas ya atraviesan las barreras biológicas más sensibles. Para los expertos, se trata de una señal de alarma que demanda más estudios y políticas urgentes para reducir la presencia de plásticos en el medio ambiente.