En el corazón de la zona más radioactiva del planeta, algo asombroso está ocurriendo: los perros de Chernóbil han desarrollado mutaciones genéticas únicas que les permiten sobrevivir en condiciones extremas. Científicos descubrieron que estos animales poseen 391 cambios en su ADN, algunos de los cuales podrían protegerlos de la radiación.
Desde el desastre nuclear de 1986, cientos de perros han logrado formar manadas en las ruinas de la planta ucraniana. Lo más fascinante es que, a diferencia de otros seres vivos, estos animales no sólo sobreviven… están evolucionando. Sus cuerpos parecen haber activado mecanismos de autoreparación genética nunca antes observados.
Este fenómeno ha capturado la atención de biólogos de todo el mundo. Estudiar a estos perros podría abrir nuevas puertas para la ciencia médica, la genética y la biología evolutiva. ¿Estamos ante un nuevo tipo de adaptación extrema? Lo cierto es que la vida, incluso bajo las peores condiciones, siempre encuentra una forma de avanzar.