La expansión de la inteligencia artificial no sólo ha transformado la tecnología, sino también el mercado laboral. En los últimos años han surgido nuevos perfiles profesionales como ingenieros en prompts, curadores de datos, entrenadores de IA y supervisores de ética algorítmica, puestos que no existían hace una década.

Estos empleos combinan creatividad, pensamiento crítico y conocimientos técnicos para guiar, corregir y supervisar el funcionamiento de los sistemas inteligentes. Su labor es clave para asegurar que la IA produzca resultados útiles, éticos y alineados con los objetivos humanos en empresas, medios de comunicación e industrias digitales.

Lejos de eliminar por completo la participación humana, la inteligencia artificial está redefiniendo su papel. De acuerdo con organismos internacionales, cerca de una cuarta parte de los empleos actuales cambiará radicalmente en los próximos años, impulsando una transformación profunda en la forma de trabajar.