Un equipo de neurocientíficos hizo un hallazgo inquietante: durante un estudio rutinario a un paciente epiléptico, este sufrió un paro cardíaco… y el equipo siguió registrando su actividad cerebral. Lo que vieron desafía muchas de nuestras ideas sobre la muerte.

Lejos de apagarse, el cerebro del paciente mostró un aumento en las ondas gamma, las mismas asociadas con funciones como el recuerdo de memorias, experiencias oníricas y estados meditativos. Este patrón se mantuvo durante varios segundos después de que el corazón dejara de latir, algo nunca antes documentado de forma tan clara.

¿Es este un último repaso de la vida, una despedida del cuerpo o el inicio de algo que aún no comprendemos? Este descubrimiento abre nuevas preguntas sobre el momento de la muerte y lo que realmente ocurre en los últimos segundos de conciencia. Para la ciencia… y quizá para la filosofía, esto podría ser solo el comienzo.