La soledad ya no es solo una sensación pasajera o un tema emocional. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de una amenaza global para la salud pública, comparable con fumar 15 cigarros al día. El aislamiento social crónico eleva el riesgo de enfermedades cardíacas, debilita el sistema inmunológico y puede aumentar la probabilidad de muerte prematura.
Expertos afirman que vivimos en la era de la hiperconexión, pero paradójicamente, también en la era de la desconexión emocional. Las redes sociales nos permiten interactuar con más personas que nunca, pero esos lazos suelen ser superficiales, y no reemplazan la cercanía de relaciones humanas profundas. La consecuencia es una generación entera más sola que nunca.
Combatir la soledad requiere más que dar “me gusta” o enviar emojis. Necesitamos vínculos reales, espacios de escucha y comunidad. ¿Cuántas veces has sentido soledad, aunque estuvieras rodeado de gente? Tal vez ahí está la verdadera pregunta.