La NASA ha encendido las alarmas por el aumento de la actividad solar, que está afectando directamente a los satélites Starlink de SpaceX, empresa de Elon Musk. Según reportes recientes, al menos 523 satélites han caído antes de lo previsto debido a que las tormentas solares calientan y expanden la atmósfera terrestre, provocando una mayor fricción que los desacelera y los hace descender más rápido. En algunos casos, los satélites han perdido hasta 12 días de vida útil.

Este fenómeno plantea riesgos adicionales: aunque la mayoría de los satélites se desintegra al reingresar a la atmósfera, existe la posibilidad de que fragmentos no se quemen por completo y terminen impactando en zonas pobladas de la Tierra, aunque la probabilidad es baja. Con más de 7,500 satélites en órbita actualmente, y los planes de SpaceX de lanzar hasta 42,000 más, la situación ha generado preocupación entre los expertos.

La NASA ha advertido que es necesario revisar si este crecimiento acelerado de satélites en órbita es sostenible, especialmente en un periodo de alta actividad solar. Las tormentas solares no solo amenazan la infraestructura espacial, sino que también aumentan el riesgo de colisiones y desechos espaciales, un problema creciente que podría complicar futuras misiones.