Aunque la inteligencia artificial ha traído avances increíbles, también ha abierto nuevas puertas al crimen digital. En México, los fraudes financieros mediante IA crecieron un alarmante 218% solo en 2024, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia. Las estafas van desde suplantaciones de identidad hasta solicitudes de crédito fraudulentas, utilizando rostros, voces y datos personales robados.

Estas operaciones suelen implicar montos entre mil y 50 mil pesos, pero el verdadero daño está en la confianza que se pierde en los sistemas digitales. Los bancos y plataformas están bajo presión para reforzar su ciberseguridad. Mientras tanto, los usuarios—especialmente los jóvenes—siguen siendo vulnerables: el 42% de ellos no conoce los riesgos que implica compartir información en línea, según datos de The Competitive Intelligence Unit.

La urgencia de educar en ciberseguridad es clara. Expertos piden campañas informativas, mejores filtros de autenticación y mayor conciencia social. La IA puede ser una aliada, pero sin regulación ni conocimiento, se convierte en un arma al servicio de los ciberdelincuentes.