¿Alguna vez has sentido que los minutos en el gimnasio se vuelven eternos? Un estudio de la Universidad de Canterbury acaba de confirmar que el ejercicio altera la percepción del tiempo. Durante la investigación, se pidió a los participantes que pedaleen en bicicletas estáticas y la mayoría afirmó que los 30 segundos de actividad intensa parecían durar mucho más.
La razón detrás de esto es que el cerebro se enfoca tanto en el esfuerzo físico que su manera de medir el tiempo se distorsiona. Sin otras distracciones, la mente percibe cada segundo con más intensidad, haciendo que el ejercicio parezca más largo de lo que realmente es.
Los expertos sugieren que la mejor forma de contrarrestar este efecto es utilizar música, podcasts o cualquier otra distracción que ayude a hacer más llevadera la actividad. Así que si alguna vez sentiste que tu rutina en el gimnasio dura una eternidad, ahora sabes que no es tu imaginación, ¡es ciencia!