En el corazón de la Ciudad de México, los vendedores de ropa mexicana están enfrentando un desafío cada vez más grande: la creciente presencia de productos chinos, que ganan popularidad por sus bajos precios.
Muchos de estos comerciantes, con décadas de experiencia en la confección y venta de ropa, ven peligrar su negocio, ya que las ventas han disminuido hasta un 60%. Expertos explican que la ropa importada desde China puede llegar a ser hasta tres veces más barata, lo que atrae a consumidores en busca de opciones económicas.
Sin embargo, la Cámara Nacional de Comercio (CANACO) advierte que estos productos, aunque económicos, son en su mayoría de baja calidad, lo que afecta tanto a los compradores como a la productividad y desarrollo de la industria textil mexicana.
Este fenómeno plantea una reflexión sobre el valor de apoyar lo hecho en México frente a las opciones internacionales. ¿Qué opinas de esta situación?