Con el objetivo de preservar sus playas, arrecifes y montañas, Hawái ha implementado un nuevo impuesto ambiental del 0.75% sobre el hospedaje turístico. Esta medida, que generará más de 100 millones de dólares al año, busca que los visitantes también contribuyan a reparar el impacto ambiental que dejan durante sus estancias en el archipiélago. Se trata de una política innovadora que está llamando la atención de otras regiones turísticas del mundo.
Lo más llamativo es que, a pesar de la resistencia inicial, ahora los hoteleros respaldan la iniciativa. Reconocen que si no se invierte en la conservación del entorno natural, el atractivo de Hawái como destino turístico desaparecerá. La idea es que el turismo sea sostenible, no solo rentable, y que cada visitante ayude a mantener el paraíso que disfruta.
Este impuesto no solo representa una fuente de financiamiento ambiental, sino también un nuevo modelo para el turismo global. Podría marcar el inicio de una tendencia en la que viajar implica también una responsabilidad ecológica. La pregunta ahora es si otras regiones con alta carga turística seguirán el ejemplo de Hawái para proteger sus propios tesoros naturales.