Un estudio de la Universidad de Harvard ha revelado datos reveladores sobre cómo la alimentación puede influir directamente en la calidad de vida después de los 80 años. La investigación analizó a más de 47,000 mujeres a lo largo de 32 años, recogiendo información cada cuatro años sobre sus hábitos alimenticios, salud física, mental y presencia de enfermedades crónicas. El objetivo: entender qué significa realmente “envejecer bien”.

Los resultados mostraron que quienes mantenían una dieta rica en frutas, legumbres y granos integrales aumentaban hasta en un 37% sus probabilidades de envejecer con buena salud. En contraste, las mujeres que consumían grandes cantidades de azúcar, harinas refinadas y alimentos ultraprocesados vieron reducida su calidad de vida, con mayor riesgo de enfermedades, deterioro cognitivo y dependencia funcional. Envejecer saludablemente, según el estudio, implica mucho más que simplemente vivir más años.

Este trabajo refuerza la importancia de adoptar hábitos alimenticios conscientes desde edades tempranas, especialmente a partir de los 40 años. “No se trata solo de prolongar la vida, sino de vivir mejor durante más tiempo”, concluyen los investigadores. En tiempos donde las enfermedades crónicas aumentan, este tipo de evidencia ofrece una hoja de ruta clara hacia un futuro más saludable y activo.