Aunque las plantas no tienen oídos, sí pueden percibir vibraciones, y eso podría explicar por qué algunas personas aseguran que crecen mejor cuando se les habla. Varios estudios han mostrado que ciertos sonidos pueden estimular su crecimiento, aunque los efectos son moderados.
Pero hay otra explicación más poderosa: cuando les hablas, también te vuelves más consciente de sus necesidades. Las riegas con más atención, ajustas la luz, revisas las hojas y detectas a tiempo si algo no va bien. Además, al estar cerca, les aportas más dióxido de carbono con tu respiración.
Así que sí: hablarles puede ayudarlas, aunque no por razones mágicas… sino porque tú te vuelves un mejor cuidador. ¿Ya tienes a alguien en casa con quien platicar en verde?