Una polémica propuesta ha encendido el debate entre Francia y Estados Unidos. El eurodiputado francés Raphaël Glucksmann pidió oficialmente que la Estatua de la Libertad regrese a su país de origen, argumentando que Estados Unidos ya no representa los valores de libertad y fraternidad por los que fue entregada en 1884.
La icónica estatua, símbolo de Nueva York y de todo Estados Unidos, fue un regalo francés que celebraba la amistad entre ambas naciones. Sin embargo, la Casa Blanca respondió tajante a la petición, recordando el papel clave de EE.UU. en la liberación de Francia durante la Segunda Guerra Mundial.
“Gracias a Estados Unidos, los franceses no están hablando alemán en este momento, así que deberían estar agradecidos”, afirmó la portavoz Karoline Leavitt. La solicitud ha generado un fuerte debate en redes sociales y medios internacionales sobre el futuro de este monumento histórico.