En algunas ciudades de Francia, el gobierno ha implementado una iniciativa curiosa: regalar gallinas a las familias. Colmar y Pincé son algunas de las localidades donde los habitantes pueden recibir una o dos gallinas sin costo.

¿Por qué? La idea es reducir el desperdicio de comida, ya que cada año se tiran 1,300 millones de toneladas de alimentos en el mundo. Las gallinas pueden alimentarse de los restos de comida y, a cambio, producen huevos durante dos o tres años, promoviendo desayunos más saludables.

Hasta ahora, se han entregado más de 5,000 gallinas, y cada vez más ciudades francesas se suman a esta iniciativa. Una medida simple pero efectiva que demuestra cómo pequeñas acciones pueden generar un gran impacto ambiental y social.