El gobierno francés acaba de implementar una de las medidas antitabaco más estrictas de su historia. A partir de este verano, queda prohibido fumar en playas, parques, y en las inmediaciones de escuelas, centros deportivos y bibliotecas. Quien incumpla la norma deberá pagar hasta 750 euros, es decir, cerca de 16,500 pesos mexicanos.
La medida ha provocado opiniones divididas. Algunos la consideran exagerada o incluso una invasión a las libertades individuales, mientras que otros la celebran como una decisión necesaria para proteger la salud pública, especialmente la de niños y adolescentes que frecuentan estos espacios.
Francia busca reducir el tabaquismo en espacios abiertos y fomentar ambientes más limpios. La iniciativa se enmarca dentro de un plan nacional de salud, que podría servir de ejemplo para otros países que enfrentan altos índices de consumo de tabaco.