Carolina Blanco, psicóloga con 20 años de experiencia lidiando con la ansiedad, ha lanzado una advertencia clara: la falta de ejercicio y una mala alimentación pueden convertirnos en «carne de cañón» para los trastornos de ansiedad. Según su testimonio, el estilo de vida moderno, caracterizado por largas horas frente a una pantalla y poca actividad física, está afectando la salud mental de millones de personas.
Blanco señala que muchas personas sufren ansiedad sin haber vivido traumas severos en el pasado. En su lugar, el problema radica en un presente donde el cuerpo apenas se mueve y el estrés se acumula sin vías de escape. El cerebro humano no está diseñado para la inactividad extrema, y la falta de movimiento puede disparar síntomas como angustia, insomnio y tensión constante.
Los especialistas recomiendan incorporar actividad física regular y una alimentación equilibrada para mejorar la salud mental. Caminar al menos 30 minutos al día, practicar algún deporte o simplemente moverse más puede marcar la diferencia. La pregunta es: ¿estamos dispuestos a cambiar nuestros hábitos antes de que la ansiedad tome el control?