Un equipo de científicos en Texas, respaldados por la empresa Colossal Biosciences, logró cultivar células reproductivas de paloma, un avance que podría ser determinante en el intento de traer de vuelta al dodo, ave extinta hace más de 300 años. El hallazgo representa un paso importante hacia la recreación de embriones, aunque aún resta completar la reconstrucción del genoma de la especie a partir de restos fósiles hallados en la isla Mauricio.
El proyecto forma parte de una tendencia científica que busca revertir procesos de extinción mediante la biotecnología, conocida como “de-extinción”. Para los investigadores, devolver al dodo a la vida tendría un valor simbólico y ecológico, pues podría contribuir a restaurar ecosistemas donde el ave cumplía un papel clave. Sin embargo, el camino está lleno de retos técnicos y éticos, ya que todavía no se sabe cómo podría adaptarse una especie desaparecida a un entorno tan transformado por la actividad humana.
El anuncio ha generado un intenso debate en la comunidad científica y en la opinión pública. Mientras algunos celebran el potencial de la investigación como un hito biológico que redefine los límites de la ciencia, otros cuestionan los riesgos ecológicos y la pertinencia de destinar recursos a especies extintas en lugar de proteger a las que hoy están en peligro. El dodo, símbolo de la fragilidad de la vida, podría convertirse en el primer caso exitoso de resurrección biológica.