El síndrome de burnout —caracterizado por estrés extremo, agotamiento emocional y baja satisfacción laboral— se ha convertido en una realidad para millones de trabajadores. Lejos de ser “parte del trabajo”, esta condición tiene consecuencias graves en la salud mental y física, incluyendo ansiedad, depresión, insomnio y hasta enfermedades cardiovasculares.
Según cifras del INEGI, el 75% de los trabajadores en México experimentan altos niveles de estrés laboral. Las principales causas son jornadas largas, sobrecarga de tareas, falta de reconocimiento y un ambiente poco empático. En muchos casos, los síntomas se ignoran o se minimizan, lo que agrava el impacto tanto en el bienestar personal como en el desempeño profesional.
El burnout no sólo afecta a quienes lo padecen: también reduce la productividad y tiene un impacto económico en las empresas. Organizaciones y líderes deben promover entornos de trabajo saludables, con espacios de diálogo, pausas activas y acceso a apoyo psicológico. Reconocer el agotamiento no es debilidad, es el primer paso para cambiar.