Científicos en China están desarrollando una nueva generación de drones capaces de comunicarse entre sí, tomar decisiones en grupo y adaptarse a situaciones complejas en tiempo real. Gracias a sistemas de inteligencia artificial similares a ChatGPT, estos dispositivos ya no se limitan a seguir órdenes preestablecidas, sino que colaboran como un equipo con pensamiento propio.
Esto representa un cambio profundo en la forma en que usamos la tecnología aérea. En misiones de rescate, por ejemplo, los drones pueden coordinarse para cubrir áreas más amplias con mayor rapidez. En temas de seguridad o logística, como patrullajes o entregas de mercancía, logran identificar obstáculos, cambiar de ruta o reorganizar tareas sin intervención humana constante.
Estamos entrando en una era donde los drones no solo vuelan, sino que entienden su entorno, se comunican y actúan como sistemas inteligentes. Aunque todavía están en fase de prueba, sus aplicaciones civiles y comerciales son inmensas. Lo que antes parecía ciencia ficción, hoy está más cerca de convertirse en una herramienta cotidiana con impacto global.