Con la llegada de mayo, también inicia la temporada activa de la temida araña violinista. Aunque pequeña y discreta, su mordida puede ser devastadora. Su veneno destruye tejidos, puede causar necrosis severa y, en algunos casos, la muerte si no se trata a tiempo. Los expertos alertan que este arácnido se esconde en rincones oscuros y cálidos, como armarios, muebles y sótanos.

Los síntomas tras una mordida van desde dolor intenso y fiebre, hasta vómito y lesiones cutáneas que se agravan rápidamente. Lo más importante es actuar con rapidez: aunque existe un antídoto, el tiempo es un factor determinante para evitar daños mayores. Por eso, ante la sospecha de una mordida, se recomienda acudir de inmediato al hospital.

Las autoridades sanitarias llaman a extremar la limpieza en casa, sobre todo en esta temporada que abarca mayo, junio y julio. Sacudir la ropa antes de ponértela, revisar cobijas guardadas y mover muebles con frecuencia pueden hacer la diferencia. La prevención es la mejor defensa ante esta amenaza silenciosa.