Cuatro astronautas —dos de Estados Unidos, uno de Rusia y uno de Japón— regresaron a salvo a la Tierra tras completar una misión de cinco meses en la Estación Espacial Internacional (EEI). El equipo viajó a bordo de la cápsula Dragon de SpaceX, que soportó temperaturas superiores a los 1,900 grados centígrados durante la reentrada a la atmósfera, antes de reducir su velocidad con grandes paracaídas y amerizar frente a las costas de California.
La misión, denominada Crew-10, tuvo como objetivo principal desarrollar experimentos científicos en condiciones de microgravedad. Entre ellos, se estudió el crecimiento de plantas fuera de la Tierra y el comportamiento celular en ausencia de gravedad, investigaciones clave para futuras misiones de larga duración hacia la Luna y Marte. Los resultados obtenidos podrían contribuir al desarrollo de nuevas tecnologías y medicamentos.
El regreso fue seguido de cerca por la NASA y por las agencias espaciales rusa y japonesa, que calificaron la operación como un éxito. Tras su llegada, los astronautas iniciaron un protocolo médico y de readaptación a la gravedad terrestre, un proceso que puede tomar varias semanas. El viaje marca un nuevo hito en la colaboración internacional en el espacio y fortalece el papel de las misiones comerciales en la exploración espacial.