Un grupo de investigadores de la Universidad Northwestern desarrolló un innovador marcapasos capaz de disolverse dentro del cuerpo una vez que deja de ser necesario, eliminando así el riesgo de infecciones, hemorragias o cirugías adicionales. Este dispositivo, más pequeño que un grano de arroz, puede implantarse mediante una simple inyección, revolucionando los tratamientos cardíacos temporales. Su composición biodegradable permite que, tras cumplir su función, el marcapasos se desintegre de forma natural sin dejar residuos.

El avance representa un enorme paso para la medicina moderna, especialmente en pacientes que requieren estimulación cardíaca temporal después de una cirugía o procedimiento. Hasta ahora, los marcapasos tradicionales debían retirarse mediante una segunda operación, con los riesgos que esto conlleva. Con este nuevo modelo, los médicos podrán evitar complicaciones postoperatorias y reducir los costos hospitalarios.

Los expertos aseguran que esta tecnología podría aplicarse en el futuro a otros dispositivos médicos temporales, abriendo la puerta a una nueva generación de implantes biodegradables. El hallazgo refuerza cómo la ciencia y la innovación están transformando la medicina moderna en una disciplina menos invasiva y más segura para los pacientes.