Parece una pregunta sacada de ciencia ficción, pero ya está ocurriendo. Proyectos como Brainternet en Sudáfrica y Neuralink en Estados Unidos están abriendo el camino para conectar directamente el cerebro humano con internet. Hoy en día, ya se pueden enviar señales cerebrales a ordenadores, y científicos creen que en menos de una década podríamos descargar conocimientos directamente al cerebro.

Esto podría cambiar todo: controlar dispositivos con solo pensarlo, curar enfermedades neurológicas o mover prótesis con la mente. Las aplicaciones médicas y tecnológicas son revolucionarias, y prometen transformar por completo nuestra relación con la información y el cuerpo.

Pero no todo es positivo. Expertos advierten que esta conexión podría convertirse en una nueva puerta para los hackers, la publicidad invasiva o la manipulación mental. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a ceder el control de nuestra mente a la tecnología? La línea entre avance y riesgo nunca había sido tan delgada.