Una investigación publicada recientemente tras 30 años de seguimiento a más de 47 mil mujeres reveló que una dieta rica en carbohidratos saludables puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades crónicas. El estudio concluyó que el consumo constante de fibra, frutas, verduras, legumbres y granos integrales disminuye hasta en un 37% las probabilidades de padecer enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.

Además del impacto físico, los expertos encontraron que una alimentación basada en estos carbohidratos también mejora la salud mental, ayudando a reducir la ansiedad y mejorar la concentración en la edad adulta. A diferencia de los carbohidratos refinados, que provocan subidas de azúcar y fatiga, los integrales aportan energía sostenida y beneficios metabólicos importantes.

Los autores del estudio destacan que una buena alimentación no solo influye en la longevidad, sino también en la calidad de vida. Recomiendan incorporar a la dieta diaria alimentos como lentejas, avena, frutas frescas, vegetales de hoja verde y arroz integral. Este hallazgo refuerza la idea de que vivir más y mejor depende, en gran medida, de lo que ponemos en nuestro plato.