El café es una bebida adorada por millones… pero también puede ser un detonante silencioso de ansiedad. La cafeína estimula el sistema nervioso central, lo que nos hace sentir alerta y despiertos. Sin embargo, ese mismo efecto puede causar nerviosismo, mareos, insomnio e incluso acidez estomacal.

Los efectos de la cafeína inician entre 30 y 60 minutos después de tomarla, y pueden durar hasta seis horas. Para personas sensibles o con trastornos de ansiedad, incluso una sola taza puede intensificar los síntomas. La dosis recomendada generalmente es de una a dos tazas al día, pero eso depende del cuerpo de cada persona.

La cafeína no se acumula en el cuerpo, pero sus consecuencias sí. Si notas que te sientes más irritable, no puedes dormir bien o tienes palpitaciones después del café, tal vez sea momento de ajustar tu consumo. La clave no es eliminarlo, sino aprender a escuchar cómo reacciona tu cuerpo.