Bolivia enfrenta una emergencia nacional a causa de intensas lluvias que han provocado graves inundaciones en distintas regiones del país. Uno de los casos más críticos se registró en Santa Cruz, donde el desbordamiento del río Piraí dejó al menos 20 personas fallecidas, decenas de desaparecidos y una devastación generalizada.
De acuerdo con reportes oficiales, más de 2 mil familias resultaron damnificadas, mientras que comunidades enteras quedaron bajo el agua. En varios puntos, los habitantes tuvieron que refugiarse en techos, árboles y zonas elevadas para salvar sus vidas, a la espera de ayuda de los cuerpos de emergencia.
Las autoridades bolivianas han desplegado operativos de rescate y habilitado albergues temporales, aunque reconocen que la magnitud del desastre ha superado la capacidad de respuesta inicial. Organismos internacionales y equipos de apoyo humanitario comienzan a movilizarse ante una situación que podría agravarse si continúan las lluvias.