Una pareja en Colombia decidió nombrar a su hijo “Chat Yipiti”, una adaptación fonética del nombre de una conocida herramienta de inteligencia artificial. El caso se viralizó rápidamente y generó un intenso debate en redes sociales sobre los límites de la libertad para nombrar a un menor. Según la Registraduría Nacional, si bien la ley colombiana permite a los padres elegir libremente el nombre, la institución puede intervenir si considera que la decisión atenta contra la dignidad del menor.
En este caso, las autoridades concluyeron que el nombre, aunque inusual, no constituye una violación a los derechos del niño, por lo que el registro fue autorizado sin restricciones. Con esto, el bebé se convierte en la primera persona en el mundo oficialmente registrada con un nombre inspirado en una inteligencia artificial.
El hecho ha reabierto una discusión sobre el impacto cultural de la tecnología en la vida cotidiana y sobre qué tan lejos puede llegar la creatividad de los padres al momento de elegir un nombre. Para algunos es una curiosidad simpática; para otros, una decisión que podría generar problemas al menor en el futuro.