Foto: Muy Interesante

¿Y si el futuro de la humanidad ya no dependiera de la evolución natural, sino de nuestra vida digital? Según una proyección hecha por inteligencia artificial, los humanos del año 3025 lucirían muy distintos a los de hoy: ojos más grandes, para adaptarse a la luz de las pantallas; cuellos más largos, por la constante inclinación hacia celulares; y orejas más grandes, para filtrar el ruido urbano.

Además, habría menos expresiones faciales. ¿La razón? Interactuamos más con emojis que con emociones reales. Esto reduciría incluso la cantidad de arrugas, sumado al avance en tratamientos estéticos. La imagen del “humano del futuro” parece un reflejo inquietante de nuestros hábitos actuales.

Estas predicciones no sólo son curiosas: son un espejo de lo que ya está ocurriendo. ¿Qué tanto moldeamos nuestro cuerpo con nuestras costumbres tecnológicas? La ciencia ficción está cada vez más cerca de convertirse en ciencia cotidiana.