Si durante el invierno la batería del celular parece descargarse con mayor rapidez, no se trata de un defecto del dispositivo, sino de un fenómeno científico. Las baterías de litio funcionan mediante reacciones químicas internas que se vuelven más lentas cuando la temperatura desciende.
Con el frío, los iones de litio se desplazan con mayor dificultad dentro de la batería, lo que reduce temporalmente su capacidad energética. Esta condición puede provocar apagados inesperados, cargas irregulares y una disminución en el rendimiento general del equipo, especialmente cuando se expone a temperaturas muy bajas.
Aunque estos efectos no suelen causar daños permanentes, los especialistas recomiendan mantener los dispositivos a temperaturas moderadas para preservar su funcionamiento. Una vez que el celular vuelve a un entorno cálido, la batería recupera su rendimiento normal, confirmando que el impacto del frío es, en la mayoría de los casos, reversible.
