Viajar desde Estados Unidos cambiará de forma significativa a partir del 26 de diciembre, cuando entre en vigor una nueva medida de seguridad migratoria. Desde esa fecha, todos los extranjeros que salgan del país deberán someterse obligatoriamente a un escaneo facial, procedimiento que se aplicará en aeropuertos y puntos de salida autorizados. Las imágenes obtenidas serán almacenadas por el Departamento de Seguridad Nacional.
De acuerdo con las autoridades estadounidenses, los registros faciales podrán conservarse hasta por 75 años en bases de datos oficiales. El objetivo, explicaron, es fortalecer los mecanismos de identificación, prevenir fraudes migratorios y detectar posibles estancias irregulares. El sistema permitirá confirmar que los visitantes abandonaron el país dentro del periodo autorizado por su visa o permiso de ingreso.
Organizaciones civiles han expresado preocupación por el manejo y la duración del almacenamiento de estos datos biométricos, al considerar que plantea desafíos en materia de privacidad. Por su parte, el gobierno estadounidense sostiene que la medida cumple con estándares legales y forma parte de una estrategia más amplia para modernizar el control migratorio mediante tecnología avanzada.
