El Servicio de Administración Tributaria (SAT) anunció una actualización en los criterios relacionados con depósitos acumulados en cuentas bancarias, estableciendo que quienes reciban más de 2 millones de pesos en un año deberán comprobar el origen de esos recursos. De acuerdo con el Diario Oficial de la Federación, cuando una persona no puede acreditar la procedencia del dinero o no está inscrita en el Registro Federal de Contribuyentes, dichos montos podrán considerarse como ingresos gravables y, por lo tanto, sujetos al pago de impuestos.
La autoridad aclaró que esta medida no está dirigida a cargar con mayores obligaciones fiscales a la población general, sino a reforzar los mecanismos de control y vigilancia para evitar prácticas irregulares. En casos como herencias, donaciones o préstamos, los contribuyentes únicamente deberán presentar la documentación correspondiente que respalde la operación, de manera que los depósitos no sean clasificados como ingresos sujetos a contribución.
Especialistas señalan que el ajuste forma parte de una tendencia reciente del SAT para mejorar la trazabilidad financiera y cerrar espacios que puedan ser utilizados para el lavado de dinero o evasión fiscal. Con la nueva disposición, la institución busca garantizar que el flujo de recursos en el sistema bancario sea transparente y verificable, sin modificar las tasas de impuestos ya existentes.
