Más del 20% de las especies animales del planeta enfrenta el riesgo de desaparecer, según los más recientes reportes ambientales. Entre ellos, el ajolote mexicano continúa siendo símbolo de regeneración, pero su hábitat en los canales de Xochimilco está cada vez más amenazado por la contaminación y la urbanización. En Asia, el panda gigante, a pesar de décadas de esfuerzos de conservación, sigue siendo considerado vulnerable debido a la pérdida de bambú, su principal alimento.
En África, el majestuoso mandril de los bosques tropicales es víctima de la caza furtiva por su carne, mientras que el oso polar lucha por sobrevivir en un Ártico que se derrite más rápido de lo previsto, enfrentando el hambre y la pérdida de hielo. También el mono dorado de nariz chata, nativo de China, y los lémures de Madagascar sufren las consecuencias de la deforestación y el comercio ilegal de fauna.
Los especialistas advierten que la pérdida de biodiversidad amenaza los ecosistemas de los que depende la humanidad. Frenar esta crisis requerirá políticas globales más firmes, educación ambiental y la colaboración de gobiernos y comunidades para proteger la vida silvestre antes de que sea demasiado tarde.