La Organización de las Naciones Unidas (ONU) confirmó que el año 2024 registró el nivel más alto de dióxido de carbono en la atmósfera desde que comenzaron las mediciones en 1957. Este incremento, el mayor en más de seis décadas, refleja el impacto acumulado de las emisiones industriales, los incendios forestales y la pérdida de bosques y océanos que actúan como reguladores naturales del clima.

Los científicos advirtieron que estos niveles de concentración de CO₂ están provocando un calentamiento global acelerado, con consecuencias como el aumento de las temperaturas, sequías prolongadas y eventos meteorológicos extremos. Además, destacaron que los ecosistemas están perdiendo su capacidad para absorber gases de efecto invernadero, agravando la crisis ambiental.

Ante esta situación, la ONU pidió a los gobiernos reforzar sus compromisos para reducir las emisiones y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Organismos internacionales subrayan que, sin una acción inmediata y coordinada, el planeta podría superar los límites de seguridad climática en menos de una década.