Robert DuBoise pasó 37 años tras las rejas en Florida por un crimen que no cometió. Condenado a los 18 años por el asesinato de una mujer en Tampa, su vida cambió por completo tras una sentencia basada en pruebas forenses erróneas y un testimonio falso. Décadas después, nuevas pruebas de ADN demostraron su inocencia, logrando finalmente su liberación y un acuerdo de compensación de 14 millones de dólares por los años perdidos.
El caso de DuBoise es uno de los más emblemáticos de injusticia judicial en Estados Unidos. Organizaciones como Innocence Project lucharon durante años para reabrir su expediente y demostrar que había sido víctima de un proceso lleno de errores. La compensación económica, aunque histórica, no borra el impacto emocional y social que dejó su encarcelamiento desde la adolescencia hasta la madurez.
Hoy, a sus más de 50 años, Robert intenta reconstruir su vida lejos de las paredes de la prisión que lo vio crecer. Su historia pone en evidencia las fallas del sistema judicial y reabre el debate sobre la necesidad de reformar los métodos de investigación y garantizar una defensa justa. La gran pregunta que queda en el aire es si el dinero puede realmente compensar casi cuatro décadas de libertad robada.